“Me comprometo a la diosa Artemisa, doy la espalda a la compañía masculina, acepto ser por siempre una doncella, y unirme a las Cazadoras.” — Juramento a Artemisa
Las cazadoras son doncellas que pueden ser humanas, hijas de un dios o ninfas. Cada cazadora le jura lealtad a la diosa –virgen– Artemisa, uniéndose a ella en la caza y rechazando a los hombres por el resto de sus vidas, a la vez que se vuelven inmortales.
Estás muchachas están dotadas por una excelente capacidad y habilidad en cuanto a la caza, y poseen la eterna juventud, siempre y cuando no mueran en combate o rompan su promesa de tener un rechazo eterno hacia los varones. Las cazadoras cazan monstruos o cualquier cosa que les parezca.
Ellas son siervas, compañeras y hermanas de Artemisa. Y gracias a ese juramento, muchas de las cazadoras tienen un odio irracional hacía los hombres e incluso rehúsan a viajar con ellos por voluntad propia, por eso mismo tampoco les agrada mucho el hecho de tener que visitar el Campamento Mestizo.
Si una cazadora se enamora, Artemisa está en todo su derecho de eliminar su inmortalidad y hasta puede convertirla en un animal, todo depende del humor que tenga la diosa ese día. En ocasiones son confundidas con las Amazonas, sólo que estás si se permiten caer en el amor y no adoran a cierta diosa individualmente.
Las cazadoras llevan objetos mágicos junto a ellas, regalo de la diosa a la que veneran. Algunos de ellos son: arcos de plata mágica que aparecen y desaparecen como su propietaria lo desee, flechas de plata (capaces de matar a dos monstruos juntos y hombres lobos), cuchillos hechos con bronce celestial y flechas de alambre de viaje.
Características de las cazadoras.
— Ellas son, naturalmente, más fuertes y más rápidas que cualquier mortal, semidiós o ninfa.
— Inmortalidad, la cual se muestra en un aura plateada que las envuelve.
— Ventajas en la batalla debido a sus poderes en la lucha.
— Excelente puntería con sus arcos y flechas.
— Capacidad para hablar con animales salvajes.
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