Legionarios de la Segunda Cohorte

Astrid Gjertsen

9:40Rol Master

Nombre: Astrid Gjertsen.
Edad: 18 años
Ubicación: Nueva Roma.
Estatus: Legado de Orcus.
Familia: Sr. Gjertsen (padre). Alex Gjertsen (hermano menor)
Habilidades: Nigromancia, Astrid puede convocar a las almas de aquellos que han roto juramento y son castigadas en el Infierno. A estás almas solo las pueden controlar los legados del dios romano, Orcus, ya que es él quien las controla en el Inframundo. Además al igual que los hijos de Hades, puede viajar al Inframundo pero solo es "bien" recibida en los Campos de Castigo. También es una buena estratega pero tiene más potencial como guerrera.
Biografía: En el Campamento Jupiter se conocían solo dos familias las cuales eran legados del dios romano, Orcus. Una de ellas era la familia Gjertsen y la otra, los Lawrence. Astrid es la mayor de los hijos de la familia Gjertsen y se podría decir que a comparación de su hermano, Alex, ella sacó un lado amable y comprensivo (el cual es muy poco común en un legado de dicho dios). Desde sus primeros años de vida, Astrid se mostró como una chica de buen corazón y con un fuerte sentido de lo correcto y lo incorrecto. También es de aquellas personas que tienen como característica una profunda lealtad por las personas que se ganan su confianza y tiene tendencia a expresar sus emociones, pero siempre con un auto-control.
Desde pequeña vivió en Nueva Roma, junto a sus padres y su hermano menor. Un año antes de que Astrid tuviera que iniciar su entrenamiento y fuera enviada con la loba Lupa, su madre muere a causa de una enfermedad, y tras aquel terrible suceso, su familia casi se viene abajo. La joven Gjertsen demostró tener madera como para formar parte de la Segunda Coherte, y como no, tuvo una de las mejores cartas de recomendación.
A medida que fue creciendo, Astrid se dio cuenta que Alex cambiaba con el paso del tiempo. Su pequeño hermano se volvía cada vez más frío y cruel, por eso mismo decidió volverse más maternal con él, hasta el punto que lo sobre-protegía. Gracias a aquello, Alex se volvió su confidente, ambos hermanos se unieron más y más, a pesar del mal carácter del menor.
La primogénita de los Gjertsen es conocida por ser una gran guerrera, aunque siempre batallo con limites para no parecerse a Bryce, el otro legado de Orcus que había en el Campamento. Por dentro, algo le pedía que fuera más sádica y bruta, hasta que tuviera tendencias muy violentas pero no, ella no quería volverse una pequeña psicópata. De hecho, demostró ser muy diferente a ese muchacho. Cuando Bryce fue expulsado por sus actos violentos, ella temía ser la siguiente pero no fue así, demostró que no todos los legados del dios del castigo y las almas que han roto juramento, y que podía ser más que ese nefasto legado desterrado.

Aunque la joven romana mantiene un gran auto-control, lleva consigo un oscuro secreto. Aquellas voces que escucha, las cuales le piden que deje salir su lado sádico, son las mismas que la torturan en sueños. Son las almas castigadas del Inframundo. Muchos dirían que escuchar aquellas voces sería una tortura, pero para un legado de aquel dios, es canto para sus oídos, lo llevan en la sangre. Esa es una de las cosas que la diferencia con su hermano, él si se deja llevar por esas voces... ella no, las oculta en lo más profundo de su alma.

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