Edad: 18, 27 de noviembre.
Ubicación: Nueva Orleans – Campamento Mestizo.
Estatus: Semidiosa griega, mortal.
Familia: Hefesto (padre), Elena Silverstorm (madre), campistas de la cabaña 9 (medios-hermanos), Robbie Redgrave (padrastro).
Habilidades: Como todo hijo de Hefesto, Nyssa es experta en la herrería, la mecánica y la construcción de cualquier tipo de cosas, así como también tiene la habilidad de manipular y controlar las maquinas. También es buena cosiendo, pero la única que lo sabe es su madre, ya que no es su actividad favorita.
Biografía: Nyssa nació en una fría noche de noviembre, en la lujosa mansión perteneciente a la familia Silverstorm, en Nueva Orleans. Desde esa noche, la hija de Hefesto había demostrado ser una niña tranquila y entusiasta, no le gustaba llamar la atención, pero tampoco ser completamente ignorada.
Al ser hija de Hefesto y haber nacido dentro de una familia cuyo negocio es el diseño, desde muy pequeña, Nyssa demostró un gran interés en la creación, tanto de máquinas como de otro tipo de cosas. Parte de su infancia la paso en los estudios de diseño de la empresa de su familia, junto a su madre, quien le enseño a coser todo tipo de telas, pero con el paso del tiempo, tanto Elena como su hija comenzaron a darse cuenta de que el mundo de la moda no era algo que hacía a Nyssa muy feliz. En ese momento, a los nueve años de la niña, comenzó un lento distanciamiento de su madre. En un comienzo, solo había sido el aumento de trabajo y a la vez, de la fama de las empresas Silverstorm lo que las había hecho alejarse; luego, fueron las citas de Elena.
Nyssa, para la edad de once años, aun no tenía ni la más mínima idea de su descendencia divina. Toda su vida había pensado lo que las personas de ella. Que era una niña tímida rodeada de lujos, una niña completamente normal. No parecía impresionante para nadie que desde temprana edad la castaña mostrara tanto interés por las herramientas, ni que a los ocho ya estuviera experimentando con ellas; aunque, bueno, si tenía que ser sincera, no era lo suficiente cercana a ninguna persona que no fueran su madre o sus abuelos que se preocuparan por ella como para ponerle tanta atención. Por eso, cuando en su cumpleaños número doce Nyssa no pudo evitar el gran deseo de salir de las paredes que la mantenían “cautiva” en esa mansión y salió a las calles de Nueva Orleans, fue una completa sorpresa para ella el encontrarse con su primer monstruo, y con él, el sátiro que le abriría las puertas al mundo de los semidioses. Los recuerdos de esa noche aún son algo borrosos para la chica, pero aun así nunca pudo llegar a olvidar la manera en que su madre la había mirada al enviarla lejos, con dirección a Nueva York. La había dicho que era para protegerla, y Nyssa sabía que no le había mentido, pero, desde ese momento, las cosas con su madre habían empeorado considerablemente.
Desde ese acontecimiento, la hija de Hefesto ha pasado la mayor parte de los veranos en el campamento mestizo. Desde el momento en que había llegado, Nyssa había tenido que aprender a adaptarse, aunque ese no fuera su fuerte. No había pasado mucho tiempo antes de que fuera reconocida, y al enterarse de la labor de los hijos de su padre, una parte de ella se había sentido inmediatamente en casa. Fue rápidamente aceptada por sus hermanos y poco a poco fue ganándose su respeto, tanto por su trabajo como por su actitud con el paso de los años. Se ganó el puesto de jefa suplente de su cabaña en situaciones que lo requirieran, aunque ese título nunca se le subió a la cabeza. Nunca nada lo hacía.
Luego de tener una charla con su madre a sus trece años, habían decidido que Nyssa continuaría con sus estudios en una de los mejores colegios de Nueva Orleans, y a sus diecisiete años, la chica Silverstorm ya estaba oficialmente graduada. Aun sin tener idea de que le depara el futuro, la hija de Hefesto pasa sus días en el campamento mestizo, siendo constantemente acosada por campistas queriendo armas de calidad óptima y una que otra hija de Deméter buscando masetas.
Sorprendentemente para muchos, Nyssa saco la belleza natural de su madre. Ojos verdes, labios carnosos y rosados, cabello castaño largo hasta los hombros –mantenido la mayor parte del tiempo en un cola de caballo– y una suave piel color aceituna. Es rara la ocasión en que no está en su puesto de trabajo, pero cuando no lo está, pasa su tiempo libre en su cabaña haciendo bocetos de posibles inventos o disfrutando de alguna que otra barra de chocolate.
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