Fecha de nacimiento: 27 de febrero.
Edad: Dieciocho años.
Residencia: Campamento Júpiter ̶ Nueva Roma.
Estatus: Legado romano de Envidia.
Familia: Leander Warren (padre), Amatis Warren (madre), Leah Warren (hermana), Daniel Warren (hermano).
Habilidades: Es un excelente guerrero, llegando a desempeñarse bien tanto con la espada, la lanza y el arco, si bien no todos los romanos son buenos en esta disciplina. Es conocido por tener una puntería infalible. Es muy resistente y fuerte, a la par que rápido y ágil. Siempre está entrenando sin descanso, y no suele hablar con mucha gente. Habla perfectamente bien el latín, y es bastante bueno con la historia y las matemáticas. Es astuto y se le dan muy bien las bromas pesadas y algo crueles, aunque nunca tiene malas intenciones.
Biografía: La mañana más calurosa de febrero, en la bonita y pintoresca ciudad de Nueva Roma, la pareja conformada por Leander y Amatis Warren trajo al mundo a su primogénito: Leander, cuyos ojos como pálidos zafiros fueron símbolo de alegría para la familia. Su padre era hijo de Envidia, la divinidad de la venganza; mientras que su madre era hija de un legado de Apolo. Ambas familias realizaron una celebración en honor a su nacimiento.
Al año siguiente, la familia recibió la bendición de los dioses al tener otra hija, Leah. Leander y Leah eran muy parecidos físicamente, por lo que siempre tenían que estar detrás de ellos para comprobar que no se cambiaran la ropa u otras cosas que pudieran confundirlos. La infancia de Leander en Nueva Roma fue feliz, hasta cierto punto. Él y su hermana eran muy unidos y hacían travesuras por todas partes. Leander, aunque bastante callado, era muy ingenioso y astuto; siempre sabía exactamente cómo contestarle a alguien de forma sarcástica, incluso siendo muy pequeño. Desarrolló una amistad con James Spader, que no ha terminado hasta la actualidad. Cuatro años después de su nacimiento, la familia Warren floreció con el nacimiento del último varón de la familia, Daniel. Leander adoró a su hermano y juró a sus padres que él siempre sería el defensor de sus hermanos a cualquier costo.
A los once años, fue enviado con la loba Lupa, y después fue llamado a unirse a las legiones del Campamento Júpiter, a lo que él aceptó la dura tarea con entusiasmo, después de que su padre le hablase maravillas del campamento. Estaba orgulloso de poder representar a la familia y quería poner el apellido Warren en lo alto. Se esforzó mucho en sus meses de probatio, demostrando su valía incansablemente, incluso demasiado para un chico de su edad. Su único amigo era James, y por lo demás, no hablaba con casi nadie, y se mostraba hosco y desconfiado alrededor de los demás. Algunos chicos le hacían bromas crueles, pero él les respondía de igual forma, demostrando su naturaleza como legado de Envidia. Es memorable la ocasión en que dejó caer “accidentalmente” una bolsa de polvos pica pica en las duchas, con lo que más de la mitad de los chicos se la pasó con una hinchazón extrema por varios días. Jamás se supo quién había sido, pero él y James siempre lo recuerdan entre risas.
Casi un año después de haber entrado a la legión, y después de varios duros ejercicios, palabras groseras, numerosas heridas y otras consecuencias, Leander fue admitido en la Segunda Cohorte de Nueva Roma. Su nombramiento le supuso una enorme alegría y satisfacción, ya que la Segunda Cohorte era una de las mejores y sólo los mejores eran aceptados allí. Su hermana Leah se unió el año siguiente a la Primera Cohorte de Nueva Roma, y a ella le encanta presumírselo a su hermano mayor.
Leander volvía muy frecuentemente a casa, y siempre que avisaba a sus padres de su llegada, éstos preparaban una fiesta y se mostraban muy felices el uno con el otro. Sin embargo, todo eso cambió cuando una tarde se le olvidó avisar que volvía y encontró a sus padres en una acalorada discusión, en la que ambos se insultaron y su padre levantó la mano en contra de su madre. Leander tuvo que intervenir, para proteger a su madre. El chico contaba solamente con trece años, pero pudo hacer frente a su padre, quien rompió en llanto y juró nunca más volver a hacerlo. Desde ese día, Leander no siente mucho afecto hacia su progenitor. A esa pelea, le siguieron varias, pero ya nunca con violencia física, y en muchas, el legionario estuvo presente. Desde hace mucho tiempo, dejó de creer en las promesas y en el amor.
La Segunda Cohorte lo absorbió día y noche, y él se esforzó siempre por ser uno de los mejores. Era bastante destacable su habilidad con la espada, e incluso con el arco. El centurión de la cohorte apreciaba mucho sus habilidades y lo ascendió de puesto bastante rápido. Ha sabido traer honor y orgullo a la Segunda Cohorte, y se encarga principalmente de entrenar a los nuevos reclutas.
Personalidad: Leander es un chico que a primera instancia puede parecer callado y austero, incluso grosero, pero no es más que la máscara bajo la que se ocultan sus verdaderas intenciones. Su belleza natural le ha valido algunos problemas, pero él no es de los que buscan los problemas así porque sí. Todo lo que él hace tiene un propósito. Bajo su dura coraza, se esconde un chico bromista, agradable y con un gran corazón, que daría todo de sí para proteger a sus amigos y sus hermanos, que son lo que más quiere de la vida. Después de ver a sus padres pelear tantos años, ya no cree en el amor y está absolutamente seguro de que no lo necesita en su vida. Es decidido y un trabajador inagotable, además de perseverante. Es un excelente legionario.
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