Fecha de nacimiento: ocho de agosto, (16 años)
Residencia: campamento mestizo.
Estatus: mestiza, mortal.
Familia: Apolo (padre), Naia Bilodeau (madre), Allen Martin (padrastro), Rosie Martin (hermanastra) y otros hijos de Apolo.
Habilidades: al ser hija de Apolo, posee vitaquinesis, lo que significa que puede sanar a gente cantando. También puede maldecir a otras personas para que hable solamente usando rimas. Pelea bien cuerpo a cuerpo.
Biografía: El ocho de agosto, en una tarde especialmente calurosa, se escucharon por primera vez los llantos de una niña a la que más tarde llamarían Kayla, laurel en árabe y pura en griego.
Kayla Bilodeau nació y vivió parte de su vida en Alaska junto con su madre y, posteriormente, su padrastro y su hermanastra. La niñez de Kayla no fue lo que se dice agradable, ya que creció sin padre y con una madre que aparentemente apenas la quería. Naia Bilodeau despreciaba a su hija, ya que siempre le echó en cara la «huida» de su padre, Apolo.
Kayla a menudo se cambiaba de escuela ya que, debido a su dislexia e hiperactividad no estudiaba mucho y no podía estarse quieta, otro motivo por el cual su madre quizás la odiaba. Sin embargo, a la chica no le importaba demasiado el tema de las escuelas. En su interior, sabía que ella era algo más que todo aquello.
Mientras que su madre se dedicaba a pasar de ella, Kayla, a pesar de ser disléxica, leía los libros que una vez fueron de su abuelo. Sus favoritos eran los que hablaban sobre la cultura griega y, una y otra vez, la muchacha se sorprendía leyendo griego antiguo a la perfección.
Aunque lo peor no se hizo de esperar: cuando ella tenía nueve años, su madre se casó con otro hombre llamado Allen Martin, con el que tuvo otra hija un año después. La familia entera odiaba a Kayla por simplemente ser como era, así que, a los diez años de edad, la muchacha acabó escapándose de su propia casa, después de que su madre le gritara algo relacionado con «tu padre era igual que tú, un dios…» y después solo escuchó insultos.
Kayla logró sobrevivir dos meses fuera de su casa y sin que ningún monstruo la atacara gracias a que no sabía aún que su padre era Apolo y a que tenía solo diez años. Finalmente, el Washington, un sátiro la encontró y la llevó al Campamento Mestizo, donde por fin entendió quién era en verdad y por qué su madre le echaba la culpa de todo lo que había pasado con su padre, Apolo.
Aquél en verdad fue el momento más feliz de la aún corta vida de Kayla, es decir... ¡era una semidiosa, como los semidioses de los que tanto había leído! Además, más importante que el tema de que ella era hija de Apolo, era que en el campamento había gente que la iba a querer de verdad. Allí iba a ser alguien.
En el campamento aprendió cosas como lucha, tiro con arco y más formas de pelea, aunque no adoptó cosas características de Apolo, como el tiro con arco. Siempre había tenido mala puntería, así que no se esperó demasiado de esa materia. Sin embargo, sabe cantar más o menos bien y posee la habilidad de la vitaquinesis, además de que puede maldecir a la gente para que solo hable en rima.
Desde que llegó al Campamento Mestizo, Kayla no ha salido casi nunca, exceptuando cosas de alto riesgo, como, por ejemplo, la batalla de Manhattan o la lucha contra Gaea. Quitando esos casos, no ha ido a ninguna misión y tampoco ha vuelto nunca a su casa de Alaska.
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